Hemos decidido poner plantas en el estudio, darle más color
al día.
Pero... ¡ay, qué lío! Nos hemos dado cuenta que las plantas
quieren música las veinticuatro horas del día.
Por la noche, al marcharnos, se ponen un poco mustias y por
la mañana al volver sacan toda su frondosidad. Se nos han vuelto unas
noveleras.

Hemos hecho amistad, les contamos las anécdotas del día,
les pedimos consejos e incluso les hemos puesto nombres: Green, Rose y Violet.
Es que nos encanta practicar los idiomas: el inglés ya
fluye, ahora vamos picoteando el francés y de vez en cuando saboreamos el
italiano. En pensamiento ya tenemos el alemán y mirando alguno del Este.
Bueno, también nos gustaría aprender árabe, mandarín,
marroquí, indio, portugués...
Ufff...sabemos que son muchísimos, pero nos lo ponemos como
reto.

Aunque bien mirado será doble reto porque con las plantas
ahora en el estudio, también estamos aprendiendo conceptos de jardinería porque
queremos que nos dure mucho la compañía de Green, Rose y Violet.
